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viernes, 10 de junio de 2016

La huella del agua


Alejandro Blanco, en el centro, con sus compañeros.

El alumno de 1º ESO-A, Alejandro Blanco Elices, de nuestro instituto (Laurel de la Reina) ha obtenido un accésit en el concurso de redacción que organiza la Fundación Emasagra con el tema LA HUELLA DEL AGUA.
 Alejandro Blanco Elices recogió el premio, un MP3, acompañado de su familia y el director del IES Laurel de la Reina, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Granada.
Compañeros de Alejandro Blanco, alumnos de 1º ESO.
 Durante todo el año, los alumnos han estudiado el ciclo del agua, con diversas salidas, lo que les ha permitido conocer los sistemas de riego de la vega, acequias de La Zubia y la visita al Aljibe del Rey, en Granada.

Su profesora de inglés, Librada Sánchez, impulsó esta actividad y animó a los alumnos a participar en el concurso. Todas la redacciones fueron buenas y la seleccionada por Emasagra fue la redacción de  Alejandro Blanco Elices, que reproducimos íntegramente:




Había una vez un reino en un país de esos que sólo existen en los cuentos de hadas. En ese país había muchos prados y bosques verdes, por donde corrían los ríos y los animales vivían completamente felices, pero los habitantes de ese reino se sentían desdichados porque en invierno llovía mucho y hacía un tiempo muy malo y se quejaban continuamente a su rey; querían que siempre hiciera bueno para poder estar todo el día en la calle y disfrutar así lo máximo posible de su reino.
Así que Su Majestad el Rey hizo llamar a los magos más sabios y listos de aquel maravilloso país y les encomendó una difícil tarea:  que protegieran al reino contra el mal tiempo, consiguiendo así que los habitantes pudieran vivir felices. Después de varios días buscando la solución que más satisficiera al monarca, estos sabios magos, gracias a sus poderes, construyeron una burbuja de cristal de tamaño gigantesco con la que encapsular y así proteger su preciado reino.
El efecto fue el deseado y la gente estaba encantada con la burbuja de cristal que les protegía del mal tiempo y, cómo no, de la lluvia. Pero lo que no tuvieron en cuenta estos sabios ni el rey ni los súbditos del reino, que en un principio vivían muy felices y encantados en su burbuja de cristal, es que, al no poder caer la lluvia sobre el reino, los bosques y los prados se empezaron a secar, que los ríos dejaron de traer agua y que las flores se marchitaban a la vez que los pobres animalitos cada vez estaban más agotados y sedientos. De pronto, todo el mundo empezó a preocuparse y a darse cuenta de cuán necesaria era el agua de la lluvia para asegurar la continuidad y bienestar de su reino, y de que eran las lágrimas que vertían sus ojos el bien más preciado que tenían ya que eran lo más parecido a las gotas de lluvias que podían conseguir.
Así que llamaron de nuevo a los magos para que, con su magia, pudieran destruir la burbuja de cristal que habían construido y liberar así al reino de la gran sequía que les azotaba.
Los magos destruyeron la burbuja y esperaron que con esta lección los habitantes entendieran que el agua es imprescindible para tener las cosas más bellas que nos rodean, las plantas, los animalitos, los bosques....
Y ese día todos los habitantes bailaron y festejaron, bajo la preciada lluvia, que su reino seguía con vida, que nunca se marchitaría gracias a esas gotas de agua.

Alejandro Blanco Elices 1º E.S.O. - A





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