Etiquetas

martes, 27 de noviembre de 2012

El mito de Deucalión y Pirra

Zeus quiso aniquilar a los hombres porque consideraba que llevaban una existencia disipada y viciosa. La única forma que encontró de destruir a toda la raza humana fue enviar sobre ellosun persistente y enorme diluvio. El objetivo era, pues, que todos los seres humanos perecieran ahogados.
Pero Zeus entontró una pareja de ancianos que llevaba una existencia modélica y virtuosa, lejos del desenfreno de los demás habitantes. Él se llamaba Deucalión y ella Pirra. Ambos construyeron un arca en la que se refugiaron cuando comenzó el diluvio. Nueve días y nueve noches estuvo lloviendo de forma torrencial hasta que al décimo día escampó. Deucalión y Pirra desembarcaron en las montañas de Tesalia. A pesar de que las aguas estaban aún muy altas y lo habían anegado todo, la pareja ofreció sacrifcios a Zeus en señal de gratitud y fevor.
Al cabo de unos días, cuando ya las aguas se habían retirado, Zeus, por mediación de Hermes, recompensó su honestidad y se tesón ofreciéndoles la realización  de un deseo, el que quisieran. Deucalión habló en nombre de los dos: "No queremos estar solos; queremos la compañía de otros seres humanos". "De acuerdo", respondió Zeus, "para ellos arrojar por encima de vuestros hombros los huesos de vuestros antepasados".
A Pirra, esa ocurrencia de Zeus le pareció una acto impío y retrocedió aterrada. Deucalión, en cambio, comprendió que los "huesos de los antepasados" era una especie de mensaje en clave. La madre Tierra era el antepasado por antonomasia de toda la raza humana. Y sus huesos, no eran otra cosa que las piedras. Así pues, le explicó a su esposa su acertada intuición y ambos comenzaron a lanzar piedras de las que arrojaba al aire Deucalión, fueron naciendo hombres; de las que arrojaba Pirra, mujeres.
Información sacada de: libro de Cultura Clásica editorial Anaya.
María García y MªElena Bertos. 3º

No hay comentarios:

Publicar un comentario