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jueves, 13 de octubre de 2011

Una ejecucion aparentemente innecesaria.

Hace unas semanas se produjo una ejecución en Geortgia (EE.UU.) Esta ejecución como muchas otras parecía innecesaria dada a la falta de pruebas concluyentes.

Troy Davis, un hombre negro de 42 años, murió ayer en la cárcel de Jackson, Georgia (EE.UU). Su ejecución se retraso durante 4 horas, porque sus abogados confiaban en que el Comité de Indultos de Georgia anulase la sentencia por las irregularidades del proceso. Pero los jueces no le concedieron el indulto. Alas 11 de la noche ( 5 de la madrugada en España ), Troy Davis fue ejecutado con una inyección letal.

Troy fue acusado presuntamente de asesinar a un policía fuera (McPhail) de servicio en 1989, pero el arma nunca apareció, no existen huellas ni rastros de ADN y de los nueve testigos que lo acusaban, siete se han retratado y han reconocido presiones policiales para incriminar lo. Sus ultimas palabras fueron: A todos aquellos que hoy van a matarme, que Dios os bendiga.

Troy no quiso pedir nada especial para cenar, porque estaba convencido de su inocencia y aseguro a los trabajadores de la prisión que esa no seria su ultima cena. Y cuando llegó al corredor de la muerte, se dirijo a los familiares del policía asesinado y dijo: yo no maté a su padre, hermano o hijo. Y pidió a sus defensores que siguieran investigando.

Cristina Blanco Elices

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