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jueves, 12 de abril de 2012

Entrevista a don Eladio






Don Eladio es un profesor del IES Laurel de la Reina, que lleva trabajando en el mismo desde que se inauguró, en el año 2003. Anteriormente , dio clase en el CEIP Enrique Tierno Galván, del que fue director. Don Eladio llegó a nuestro instituto donde finalizó su etapa laboral.
Ha pasado por distintos destinos:
2 años como interino en un anejo de Loja.
1 año provisional en Granada.
19 años en Játar.
21 años en La Zubia
El jueves 29 de marzo, fuimos recibidas por Don Eladio en el departamento de matemáticas. El profesor se sentía feliz y nos respondió amablemente a unas preguntas que le hicimos.







1-¿Cómo le fue su etapa en este instituto?
Puedo considerarme muy satisfecho. En los cursos anteriores, desarrollaba mi labor en un Centro que englobaba infantil, primaria y secundari; esta última etapa de forma provisional, con ciertas carencias de medios, recursos..., mientras se creaba este Instituto. Una vez puesto en funcionamiento con la estructura y organización propia de un IES, contando con los recursos materiales que exige esta enseñanza (laboratorio, aula de informática, gimnasio, biblioteca...) y una plantilla de profesores especialistas en las distintas materias, se  ha originado un mejor aprovechamiento y aprendizaje por parte de los alumnos y una mayor facilidad en la labor de la enseñanza.
Por otro lado, me ha supuesto el enriquecimiento personal en la relación diaria con los compañeros: excelentes personas y profesionales en el desarrollo de su meritoria labor, donde indudablemente incluyo a mis amigos de admistración y servicios.
Así mismo, no puedo olvidar la relación de respeto que me han dispensado las familias de los alumnos en las entrevistas de tutorías, lo cual agradezco desde aquí.
Todo ello creo que son motivos suficientes para estar satisfecho.


2-¿Cómo le fue su primer año en este instituto?
Fue una experiencia nueva con respecto a otros centros en organización, estructuras, horarios,...
Me dediqué exclusivamente a impartir matemáticas. También tuve contacto, por primera vez, con alumnos con Síndrome de Down en mi aula.


3-¿Cómo le ha parecido su último año en este centro?
Me ha parecido como toda la trayectoria de los pasados cursos. No ha habido gran diferencia, excepto en ir asimilando y ser consciente de que cada clase era un paso más para llegar a culminar mi vida laboral: si he de ser sincero, sentía y siento gran añoranza.

4-¿Qué ha aprendido durante sus años de profesor?
Continuamente se está aprendiendo. Tratamos con personas, cada una con sus propias características (personales, familiares, ambientales) que nos hacen ver que el trato y la relación que le conviene a un alumno no puede extrapolarse a otro. Los alumnos tienen una especial sensibilidad que les hace percibir y comprender en el fondo, aunque le estés riñendo, la veracidad de las acciones con ellos.Naturalmente, hay alguna que otra excepción.
En este sentido hay que recapacitar y reflexionar continuamente, pues trabajamos con seres humanos y de la problemática y forma de ser de cada uno de los alumnos podemos extraer enseñanzas muy valiosas para nuestra propia experiencia, que nos abren más posibilidades de acertar en nuestras actuaciones.

5-¿En qué año empezó usted a dar clase y cuántos años tenía?
Empecé a dar clase con 19 años (con oposiciones), pero anteriormente estuve dos años de interino.




6-¿Cuál es su método para enseñar?
Es, sobre todo, reunir en el aula las condiciones de orden, atención y trabajo por parte del alumnado. Por otro lado, en matemáticas, son necesarias explicaciones pausadas y claras y la práctica diaria de las actividades. De todas formas no hay una receta única: cada clase tiene su propia identidad y considero que el profesor debe  tener la suficiente habilidad para que sus acciones y estrategias se adapten al grupo y poder conseguir los mejores resultados. En determinadas ocasiones, no es cuestión fácil.
Igualmente, es muy importante en esta asignatura animar a los alumnos a preguntar sus dudas
y felicitarles cuando hayan conseguido un logro, por mínimo que sea.

7-¿Ser maestro es una profesión o una vocación?
La profesión de docente necesita una buena dosis de vocación, (con todo el significado que engloba esta palabra), pues se presentan multitud de situaciones a las que se tienen que dar respuestas lo más adecuadas posibles, no sólo en la transmisión de conocimientos y aprendizaje, sino también en las actitudes y en los valores; y si no se tiene esa predisposición, la formación del alumno no será totalmente satisfactoria.

8-¿A cuántos alumnos ha formado usted a lo largo de su vida?
Aproximadamente han sido 42 cursos a 75 alumnos por curso.Hacen una cantidad respetable.
9-¿A qué alumnos recuerda usted más?¿Por qué?
Hay una larga lista, pero recuerdo bastantes alumnos que han destacado enormemente por sus propias cualidades y otros que, sin tener estas características, han puesto un gran trabajo y esfuerzo en superarse y han llegado a desempeñar puestos importantes en su vida profesional.

10-¿Ve usted logrado el proyecto al que dedicó su vida?
Sí, en general. Me siento satisfecho de mi trabajo desarrollado en los distintos ámbitos en los que he llevado a cabo mi labor docente : zonas rurales y urbanas. Aunque, lógicamente, todo podría haber sido mejorable. De todas formas, quiero destacar los dos primeros años de mi actividad profesional desarrollada siendo muy joven, en una zona rural muy deprimida, sin medios de comunicación (en un radio de siete kms.), cuya escuela era un cortijo abandonado adonde asistían niños y niñas de otros cortijos a su vez diseminados. Por las noches impartía clases de alfabetización a personas mayores. Esas vivencias son imborrables y por qué no decirlo, me siento muy orgulloso.

11-¿Nos puede contar alguna anécdota?
Recuerdo un alumno, estando destinado en un pueblo, hace aproximadamente treinta años, muy inteligente. En una clase de trabajos manuales (en aquella época), les propuse a los alumnos
fabricar una incubadora. Sólo hablé de los materiales necesarios y algún diseño dibujado en la pizarra para sucesivas clases. Pues bien, estuvo toda la noche trabajando en el diseño, con tablas, bombillas y un termostato de un radiador viejo de su casa.
 A la mañana siguiente se presentó con la incubadora hecha y con una docena de huevos de sus gallinas para su incubación. Hoy, este alumno ocupa un puesto relevante en una entidad financiera.
De todas formas, a lo largo de tantos cursos hay bastantes más.
12-Una vez jubilado, en plena madurez personal y profesional, ¿qué proyectos tiene para el futuro?
En un principio, dedicar el tiempo a otras actividades, sobre todo, a la lectura, practicar el acordeón,
pasear, cuidar un pequeño huerto y algún que otro viaje.

Muchas gracias, don Eladio por habernos recibido para hacerle una entrevista.

Gracias a vosotras. Quiero agradecer a todo el alumnado, desde este periódico escolar, el respeto y la consideración que siempre me habéis demostrado.
Un saludo afectuoso a todos vosotros.

Don Eladio ama tanto su profesión, que aun así, a un día de su jubilación, no pierde las ganas de dar clase.Terminó esta entrevista diciendo: “por cierto, yo tengo ahora clase con 2ºB.”
Hasta siempre, don Eladio. Para nosotras, serás siempre un forjador de hombres y mujeres.

Paola Arroyo Ruiz, Inés Marín Montes y Cristina Sánchez Guerrero 2ºA
 
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Eladio, buen amigo:
Este escrito no es una despedida, sino un hasta luego.
Atrás quedaron los paisajes de Játar, con música de acordeón y alguna película de cine casero.
Atrás quedaron los paisajes de Loja , con su su Alcazaba y su monte Hacho.
Atrás quedaron las tierras ferrosas de Alquife.
Atrás quedaron las playas de Castel de Ferro.
Atrás quedaron pueblos y aldeas donde, andando o a la grupa de un caballo, cubrías largas distancias para cumplir con tu trabajo.
Y llegaste a la villa de Alzawiya, donde te acogió un centro escolar que lleva el nombre del “viejo profesor”.
Atrás ha quedado el Laurel, punto de encuentro de todos los que aquí estamos.
En tus cuarenta años de docencia, has dejado una estela de alumnos que ya no podrán olvidar tus conocimientos, transmitidos con humildad, honradez y generosidad.
El timbre de tu voz serena habrá ayudado a comprender las matemáticas que a muchos, sólo con nombrarlas, nos asustan.
Un treinta de marzo, poco antes de las dos de la tarde, pudimos ver en tu rostro la nostalgia de los años dedicados a la enseñanza. Por eso creo que estar jubilado no es un retiro, sino un estado mental donde los sueños se hacen realidad.
Has entrado en el Club de los Jubilosos, aunque nunca dejarás de ser docente.
Los que aquí estamos hemos tenido la suerte de compartir contigo momentos irrepetibles donde conversaciones deportivas, literarias, políticas, didácticas y agrícolas se entrecruzaban con risas y buen humor.
Eladio, los hijos de la Benemérita recorrimos un peregrinaje en la infancia. Pueblos y más pueblos se jalonan en nuestra mente. Este preregrinar lo hemos continuado con nuestra profesión. Y ahora, tu nuevo peregrinar no lo marca el tiempo del reloj, ni las estaciones del año, sino tus lecturas, tus charlas con amigos, tu familia, tus viajes y las hortalizas de tu huerto, de donde se extrae un elixir de dioses que algunos llaman mosto.
Todo ello no son actividades al uso, sino el latido de la vida que te espera y que otros deseamos alcanzar.
Enhorabuena.
                                                               Manuel Beltrán 









 

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