María Díaz 3ºB
Hay veces que no
sabes qué puedes esperarte al día siguiente, y yo soy una de esas personas.
Siempre intento imaginar mi vida en un futuro, pero nunca llegaría a pensar lo
que iba a sentir en poco tiempo.
Desde que tengo uso
de razón, siempre me he puesto a pensar en lo hermoso que es el apoyo de tu familia.
Que hagas lo que hagas, malo o bueno, siempre van a estar diciéndote qué es lo
mejor para ti.
Mi madre no ha
podido disfrutar mucho de una parte de su familia, su madre. Mi abuela murió hace muchísimos años y sólo la pudo disfrutar 10 meses. Cerrar los ojos,
abrazarla entre mantas, y sentir su calor en el pecho vale más que todo el
universo. Dejó su vida marchar, y ahora, a 25 de Abril de 2013, puedo sentir
el gran dolor en el corazón de todas las personas que la querían y la amaban.
Era verano del
2011, tal vez 31 de agosto. Empecé el día como otro cualquiera, y me senté a
añorar algo que me faltaba a mi lado. Brotaron mis llantos en silencio,
solitarios en mi habitación. Cogí una foto de mi abuela, y algo en mi interior
hizo darme cuenta de que ese era el significado de mi tristeza. En mis
pensamientos me imaginaba la textura de sus manos, de sus labios... Y sobre
todo, me pregunté qué escondía detrás de su rostro. Tal vez amable, social, no social,
triste, alegre, sensible, con carácter fuerte... Y nunca podría saberlo.
Entristecida y sola, componía letras de canciones, de poemas..., para que desde
el cielo, ella me oyera, y supiera que aun estando lejos, para mí, siempre su
alma quedaría marcada en mi corazón; y ahora, era el momento de demostrar todo el
sentimiento que había escondido en mis entrañas toda mi vida. Provocadora de mi
superación día a día contra las barreras en mi camino, me ha abierto las
puertas al amor verdadero. Esto ha cambiado mi vida por completo, estos
sentimientos tan profundos, me han hecho ver lo mucho que puedes llegar a querer
a una persona tan lejos de tu vida diaria, pero a la vez tan cerca, que nunca
podrás admirar ni conocer.
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