Están muy contentos y no desean otra cosa, nada más que verse.
Es el culpable de las
primeras peleíllas, nada importante, sólo tonterías. Pero al tiempo que van
creciendo los celos, crecen las peleas. Pueden ser peleas por tonterías, pero de
un grano de arena, se forma una gran montaña.
Ya es algo normal, es
monótono. Parece que ya no podemos vivir sin eso. Todos los días la misma
historia y ya,no puedo más. Me encuentro cansada, sin ganas de nada, sólo de
recordar esa bonita canción que me dedicó cuando todo era perfecto. Pero
claro, eso quiere decir recordar los buenos momentos y en definitiva llorar,llorar y
llorar.Todos los días igual y, claro, vienen dudas: ¡qué hacer y qué no!.
Comienzas a
replantearte las cosas: “¿De verdad lo quiero?,¿ merece la pena sufrir tanto
por él?”.
No sé...,las típicas
cosas que te vienen a la cabeza cuando no puedes más y sobre todo cuando ya
todo se ha convertido en negro.Habláis ochocientas veces de vuestros problemas, pero al final nada se aclara.
De todas esas cosas que te vienen a la cabeza, una de ellas no se marcha y se te queda muy clavada en la memoria repitiéndose una y otra vez.
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