Antonio Gutiérrez
Cuando Heldet despertó, todavía tenía los ojos cerrados, pero oía unas voces familiares a su alrededor. Una de ellas, una voz de mujer (su madre, Senai) , estaba preocupada por si no volvía a despertarse; otra voz, esta vez de hombre, ruda y furiosa (Krou) , decía a gritos que la culpa era de los trolls del sur; y una tercera voz, también de hombre pero no furiosa, sino también preocupada como la voz femenina (Shelder) .
-...pensar que os hubiera pasado si no hubiéramos llegado a tiempo!¡ Y seguramente esos trebigalots pensarán que no nos hemos dado cuenta de que han contratado mercenarios para que peleáramos entre nosotros! Aunque cometieron el estúpido error de contratar trasgos con armaduras de las buenas y armas demasiado caras. -Piensa un poco, Krou. Si quisieran que peleáramos entre nosotros, se habrían disfrazado de caravaneros y no como soldados. No fueron los trolls. Pueden haber sido simples bandidos bien organizados, o mercenarios contratados por otra persona. Pero Asdelt no tiene suficientes créditos como para contratar mercenarios trasgos. -Eso es lo que os pasa a los licántropos, siempre tenéis empatía con otras personas. ¿Has olvidado lo que te hizo?
-!¿Quieres cobrar?¡-rugió enfurecido Shelder.
-¿Os podéis callar los dos de una vez? Heldet necesita descansar.
-¿Dónde estoy?-preguntó Heldet cuando abrió los ojos.
Se encontraba en su habitación, y a su lado se encontraban Senai, Krou y Shelder.
-¡Por fin despiertas!¡No sabes cuánto me he preocupado-dijo la mujer-leona, casi con lágrimas en los ojos.
-¿Qué ha pasado?
-Un grupo de nruskas atacaron Liuhome mientras estabais fuera. Tuvimos suerte de que Krou llegara a tiempo con sus hombres.
-¿Y que hago aquí? -El veneno y las quemaduras casi te matan, pero conseguiste sobrevivir. Tardarás días en recuperarte, pero estarás completamente bien.
-¡Mató a un dragón de Komodo y sobrevivió, el enano este!- rió entre dientes Krou.
-¿No son esos los lagartos más grandes del mundo?-preguntó Heldet.
-Sí pero, por decirlo de alguna manera, algunos tuvieron que adaptarse para adaptarse a las nuevas condiciones.-respondió Shelder.
-¿Qué condiciones?-preguntó Heldet.
Antes de que terminase de hablar, Sheldet pidió a Senai y a Krou que le dejaran a solas con él. Cuando ya se habían ido, el liune le habló a Heldet.
-Bueno hijo, una pregunta.¿Sabes por que existen los liune, los nruskas, los dragones y otros seres, pero no humanos?¿Sabes qué somos los licántropos?¿Sabes porque los trolls de Asdelt y nosotros nos llevamos tan mal?¿Y sabes que pasó hace unos años?
-No.
-Bien. Es hora de comenzar-y empezó a contar una historia...
“Hace muchas décadas (o milenios, no lo sé) existían los humanos. Eran una raza inteligente, y la que más poblaba la Tierra. Pensaban que eran los únicos seres inteligentes que había en la Tierra. Pero no lo eran. También había otras criaturas que ellos llamaban, erróneamente, “monstruos”: vampiros, elfos, enanos, dragones... Pero también estaban los licántropos. Los humanos, cuando pensaban en ellos, solo se imaginaban a hombres-lobo; pero había más: hombres-gato, hombres-gorila, y, por supuesto, hombres-león. Eran (y somos) criaturas que tenían parte de bestia y parte de hombre. Los licántropos éramos odiados por los humanos, pero que no creyeran en nosotros era una buena tapadera. Sin embargo, un día sucedió algo que cambiaría para siempre la historia del planeta: la desaparición total de los humanos. Cuando los no humanos nos dimos cuenta, nos encontramos solos. Aunque algunos hicieron festejos (odiaban con toda su alma todo lo relacionado con ellos) , otros lloramos por la pérdida, pues muchos teníamos amigos entre ellos. Por ese motivo estalló una guerra, tan grande que incluso algunos animales tuvieron que adaptarse para no morir de hambre, cazados o de enfermedad, como algunos de los dragones de Komodo, que ahora son dragones de verdad. También otras razas tuvieron que adaptarse, como los vampiros, que ahora son hombres murciélago. Parecía que la evolución se había acelerado.
Poco a poco, debido a la guerra, fueron desapareciendo muchas razas: centauros, elfos, grifos, etc. Al final, solo quedamos los licántropos, los trolls, los trasgos, los orcos, los dragones y los enanos,más algunos animales (como los udjat) y las razas mestizas. Por algunos hechos que sucedieron en la guerra que no se conocen, estos ocuparon ciudades y pueblos humanos abandonados y se atrincheraron. Hoy en día ya no somos tan cerrados a otras culturas, pero ahora algunos conflictos son de otra naturaleza: la magia y la tecnología. Y algo peor. Aunque parezca mentira, fue algo que nos costó caro. Y comenzó así.
Hace unos veinte
años los enanos declararon que, por ser la raza más cercana a la
humana, la tecnología que ellos dejaron sería para ellos, su
“legado”, como ellos decían, y todavía dicen. Pero los
hombres-gorila, que creían que estaban más emparentados con los
humanos que los enanos, se quejaron de que ellos se quedaban con su
legado. Así estuvieron meses y meses, hasta que los minotauros,
junto a los hombre-lobo, colmaron la gota que lleno el vaso al borrar
completamente del mapa una fortaleza enana mediante una tormenta de
fuego. Y las negociaciones fallidas y las protestas se transformaron
en disparos y peleas, cada vez más graves. Su excusa era que Gea
moriría por culpa de la tecnología humana, y que solo la magia y la
naturaleza debían existir. Pero solo querían tener un poco de
tecnología para estudiarla y así fabricarse sus propias armas y
vehículos, aunque ahora realmente detestan y temen todo lo referido
a la tecnología. Sin embargo, los hombres-hiena estaban de parte de
los enanos, y cuando, en una pelea, unos krulsbane mataron a una
familia de leones, los liune atacaron a su vez a los dawerfs, y estos
atacaron con aún más fuerza a los fenrusnes. Era un tira y afloja
por la prevalencia de la naturaleza o la tecnología. Los orcos no
participaron en la guerra porque, aunque eran naturalistas, eran muy
belicosos, y conocian a la perfección el uso militar de la
tecnología. Pero todo eso cambio hace unos quince años, cuando tu
todavía no habías nacido, cuando alguien nos atacó. Bueno, alguien
no. Más bien algo, y eran
muchos.
Eran
las criaturas mas extrañas que se habían visto. Parecían humanos,
y creo que lo eran en apariencia física. Pero parecían cadáveres,
tenían los ojos rojos por completo y gruñían y gritaban como
bestias. Y estaban armados, no solo con espadas o simples pistolas,
como nosotros, sino con ametralladoras y fusiles de asalto de la Era
del Hombre. Los enanos enviaron un parlamento para hablar con ellos,
pensando alegremente que no todos los humanos se habían extinguido,
para pedirles ayuda contra los hombres-gorila, los minotauros y los
hombres-lobo. Pero entonces algo pasó: los “humanos” se
enfurecieron de repente, no sé porqué, y lo único que le dieron a
los dawerfs fue jarabe de plomo y unas pérdidas enormes en vidas
enanas. Los hombres-león fuimos igual de estúpidos, pues enviamos
también un grupo de parlamentarios, pero esta vez armados.”
Al
decir esto, Shelder paró de contar.- Tu abuelo Leónidas todavía
vivía entonces y yo todavía no había asumido el mando de Liuhome,
y tu madre y yo acabábamos de casarnos.
-¿Y
qué pasó?
-¿Qué
pasó, preguntas?-le respondió Shelder a su hijo con una triste
sonrisa.-Que tu abuelo murió.-Y le relató lo que pasó en la
batalla contra los “muertos vivientes”.
¿No hay elfos? Bueno, sigue estando bien. Muy bien hecho el capitulo explicatorio, Antonio
ResponderEliminarMMM, orcos... ¿Son buenos o malos?
ResponderEliminarno, no todos son malos, pero tampoco son todos buenos
EliminarAnda mira si hay enanos
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