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martes, 7 de enero de 2014

Albert Camus y el periodismo


Albert Camus dijo del periodismo que era “el oficio más hermoso del mundo”.
 
Alber Camus. (Foto de www.theguardian.com)


 Se ha escrito que amaba el periodismo pero detestaba la prensa. Y es que prensa supone empresa, medios de comunicación y dueños de un negocio que está al servicio del poder político, económico y financiero.
El periodismo que entendía Camus era una visión teórica y práctica que se comprometía que la realidad, la objetividad y la libertad. Era un periodismo crítico.
Veamos las respuestas que Camus dio a cuestiones claves en periodismo:

¿Instantaneidad o exactitud?

Poco importa ser el primero, lo importante es ser el mejor...No se trata tanto de ser rápido como de ser verdadero”

¿Información u opinión?

Las dos, pero distinguidas: información basada en hechos ciertos y verificados; opinión honesta, razonable y presentada como tal. La información no puede prescindir del comentario crítico. La misión del periodismo es ayudar al público a comprender -y no sólo conocer- lo que está ocurriendo”.

¿Qué tipo de escritura?

El lenguaje periodístico debe ayudar al lector a ver con claridad; tiene que huir del hermetismo y la retórica y ser claro, conciso y elegante”
Albert Camus decía que “un editorial consiste en una idea, dos ejemplos y tres folios pequeños”.

¿Equidistancia o compromiso?

El gusto por la verdad no impide la toma de partido”.

¿A favor de quién?

"A favor de los que sufren la Historia".

Periodismo crítico

Acuñó esta fórmula, periodismo crítico, porque entendía que el periodismo es un “servicio público”, cuya misión es ayudar a los ciudadanos a decidir y actuar lo más libremente posible, y, en consecuencia, no debe estar sometido al “poder del dinero”. Buscó los valores morales y no los políticos, lo que le supuso ir contra corriente.
Eso es lo que le ocurrió cuando denunció el totalitarismo estalinista y el fascista, la brutalidad del colonialismo francés en Argelia y la del independentismo del FLN. 
 

Camus tenía una visión del mundo y procuraba vivir a la altura de esa visión. Hizo de todo: reportero local, cronista de sucesos, reseñador de libros..., yendo al lugar de los hechos, hablando con el mayor número de fuentes posible, no sacando citas de contexto, no dando nada por cierto sin verificarlo, señalando lo que está probado y lo que es discutible.


El periodista es un humanista comprometido, es la voz de la humanidad que no puede hablar en voz alta. A partir de informaciones escrupulosamente exactas, puede y debe presentar su punto de vista.


Al final de la II Guerra Mundial, Albert Camus fue redactor jefe de Combat, el diario clandestino de la Resistencia, y ahí desarrolló un periodismo que huía del sensacionalismo e intentaba ser honesto, pluralista, riguroso e independiente de los poderes políticos y económicos.
Atacado y herido por buena parte de la izquierda oficial que lideraba intelectualmente Sartre, Albert Camus pudo rememorar muchas veces aquello que escribió en Combat el 20 de abril de 1947:
Cada vez que una voz libre intenta decir, sin pretenciosidad, lo que piensa, un ejército de perros de presa de todo pelaje y color ladra furiosamente para tapar su eco”.
Hoy en día, y cada vez con más fuerza, se ha hecho evidente que la razón estaba de parte de Camus y no de Sartre.


Tomado de Mercurio, Una visión moral, Javier Valenzuela , periodista y escritor, director de tintaLibre.

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