Fueron dos vecinas las que vieron el cadáver y dieron la voz de alarma a la Benemérita. Al principio pensaron que era un animal muerto pero luego se dieron cuenta de la desgracia.
El cuerpo no presentaba un avanzado estado de descomposición ni tampoco signos aparentes de violencia, solo algunas rozaduras que podrían estar ocasionadas por el roce con los cañaverales o como consecuencia de haber sido arrastrada por la corriente.
Las tareas de rescate captaron la atención de muchos vecinos. Irene García Puga y Noelia Calvente Gallego 4ºC |
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