El rey Candaules admiraba la belleza de su esposa; por eso siempre le decía a su primer ministro que ella era muy bella, pero Giges, el primer ministro, nunca decía nada. Un día, Candaules le dijo a Giges que vería a su esposa en su plena desnudez, a lo que Giges se negaba. Candaules consiguió convencer a Giges, por lo que esa noche, el rey escondió al ministro para que su esposa no le viera. La reina se dio cuenta de que había alguien, se lo contó a su esposo y éste le relató el plan que él mismo había elaborado. Ella, enfadada, llamó a Giges y le dijo que debía elegir entre morir o asesinar a su rey. Giges al no querer morir, asesinó al rey y se hizo con el poder. Los lidios decidieron atacar a Giges pero se retuvieron, ya que el oráculo de Delfos manifestó que en el futuro habría venganza sobre Giges.
Texto y dibujo: Elena Bertos 3º B
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