Don Eladio es un profesor del IES
Laurel de la Reina, que lleva trabajando en el mismo desde que se
inauguró, en el año 2003. Anteriormente , dio clase en el CEIP
Enrique Tierno Galván, del que fue director. Don Eladio llegó a
nuestro instituto donde finalizó su etapa laboral.
Ha pasado por distintos destinos:
2 años como interino en un anejo de
Loja.
1 año provisional en Granada.
19 años en Játar.
21 años en La Zubia
El jueves 29 de marzo, fuimos
recibidas por Don Eladio en el departamento de matemáticas. El
profesor se sentía feliz y nos respondió amablemente a unas
preguntas que le hicimos.
1-¿Cómo le fue su etapa en este
instituto?
Puedo considerarme muy satisfecho. En
los cursos anteriores, desarrollaba mi labor en un Centro que
englobaba infantil, primaria y secundari; esta última etapa de
forma provisional, con ciertas carencias de medios, recursos...,
mientras se creaba este Instituto. Una vez puesto en funcionamiento
con la estructura y organización propia de un IES, contando con los
recursos materiales que exige esta enseñanza (laboratorio, aula de
informática, gimnasio, biblioteca...) y una plantilla de profesores
especialistas en las distintas materias, se ha originado un mejor
aprovechamiento y aprendizaje por parte de los alumnos y una mayor
facilidad en la labor de la enseñanza.
Por otro lado, me ha supuesto el enriquecimiento
personal en la relación diaria con los compañeros: excelentes
personas y profesionales en el desarrollo de su meritoria labor,
donde indudablemente incluyo a mis amigos de admistración y
servicios.
Así mismo, no puedo olvidar la relación
de respeto que me han dispensado las familias de los alumnos en las
entrevistas de tutorías, lo cual agradezco desde aquí.
Todo ello creo que son motivos
suficientes para estar satisfecho.
2-¿Cómo le fue su primer año en
este instituto?
Fue una experiencia nueva con respecto
a otros centros en organización, estructuras, horarios,...
Me dediqué exclusivamente a impartir
matemáticas. También tuve contacto, por primera vez, con alumnos
con Síndrome de Down en mi aula.
3-¿Cómo le ha parecido su último
año en este centro?
Me ha parecido como toda la trayectoria
de los pasados cursos. No ha habido gran diferencia, excepto en ir
asimilando y ser consciente de que cada clase era un paso más para
llegar a culminar mi vida laboral: si he de ser sincero, sentía y
siento gran añoranza.
4-¿Qué ha aprendido durante sus
años de profesor?
Continuamente se está aprendiendo.
Tratamos con personas, cada una con sus propias características
(personales, familiares, ambientales) que nos hacen ver que el trato
y la relación que le conviene a un alumno no puede extrapolarse a
otro. Los alumnos tienen una especial sensibilidad
que les hace percibir y comprender en
el fondo, aunque le estés riñendo, la veracidad de las acciones con
ellos.Naturalmente, hay alguna que otra excepción.
En este sentido hay que recapacitar y
reflexionar continuamente, pues trabajamos con seres humanos y de la
problemática y forma de ser de cada uno de los alumnos podemos
extraer enseñanzas muy valiosas para nuestra propia experiencia, que
nos abren más posibilidades de acertar en nuestras actuaciones.
5-¿En qué año empezó
usted a dar clase y cuántos años tenía?
Empecé a dar clase con 19 años (con
oposiciones), pero anteriormente estuve dos años de interino.
6-¿Cuál es su método para
enseñar?
Es, sobre todo, reunir en el aula las
condiciones de orden, atención y trabajo por parte del alumnado. Por
otro lado, en matemáticas, son necesarias explicaciones pausadas y
claras y la práctica diaria de las actividades. De todas formas no
hay una receta única: cada clase tiene su propia identidad y
considero que el profesor debe tener la suficiente habilidad para
que sus acciones y estrategias se adapten al grupo y poder conseguir
los mejores resultados. En determinadas ocasiones, no es cuestión
fácil.
Igualmente, es muy importante en esta
asignatura animar a los alumnos a preguntar sus dudas
y felicitarles cuando hayan conseguido
un logro, por mínimo que sea.
7-¿Ser maestro es una profesión o
una vocación?
La profesión de docente necesita una
buena dosis de vocación, (con todo el significado que engloba esta
palabra), pues se presentan multitud de situaciones a las que se
tienen que dar respuestas lo más adecuadas posibles, no sólo en la
transmisión de conocimientos y aprendizaje, sino también en las
actitudes y en los valores; y si no se tiene esa predisposición, la
formación del alumno no será totalmente satisfactoria.
8-¿A cuántos alumnos ha formado
usted a lo largo de su vida?
Aproximadamente han sido 42 cursos a 75
alumnos por curso.Hacen una cantidad respetable.
9-¿A qué alumnos recuerda usted
más?¿Por qué?
Hay una larga lista, pero recuerdo
bastantes alumnos que han destacado enormemente por sus propias
cualidades y otros que, sin tener estas características, han puesto
un gran trabajo y esfuerzo en superarse y han llegado a desempeñar
puestos importantes en su vida profesional.
10-¿Ve usted logrado el proyecto al
que dedicó su vida?
Sí, en general. Me siento satisfecho
de mi trabajo desarrollado en los distintos ámbitos en los que he
llevado a cabo mi labor docente : zonas rurales y urbanas. Aunque,
lógicamente, todo podría haber sido mejorable. De todas formas,
quiero destacar los dos primeros años de mi actividad profesional
desarrollada siendo muy joven, en una zona rural muy deprimida, sin
medios de comunicación (en un radio de siete kms.), cuya escuela era
un cortijo abandonado adonde asistían niños y niñas de otros
cortijos a su vez diseminados. Por las noches impartía clases de
alfabetización a personas mayores. Esas vivencias son imborrables y
por qué no decirlo, me siento muy orgulloso.
11-¿Nos puede contar alguna
anécdota?
Recuerdo un alumno, estando destinado
en un pueblo, hace aproximadamente treinta años, muy inteligente. En
una clase de trabajos manuales (en aquella época), les propuse a los
alumnos
fabricar una incubadora. Sólo hablé
de los materiales necesarios y algún diseño dibujado en la pizarra
para sucesivas clases. Pues bien, estuvo toda la noche trabajando en
el diseño, con tablas, bombillas y un termostato de un radiador
viejo de su casa.
A la mañana siguiente se presentó
con la incubadora hecha y con una docena de huevos de sus gallinas
para su incubación. Hoy, este alumno ocupa un puesto relevante en una
entidad financiera.
De todas formas, a lo largo de tantos
cursos hay bastantes más.
12-Una vez jubilado, en plena
madurez personal y profesional, ¿qué proyectos tiene para el
futuro?
En un principio, dedicar el tiempo a
otras actividades, sobre todo, a la lectura, practicar el acordeón,
pasear, cuidar un pequeño huerto y
algún que otro viaje.
Muchas gracias, don Eladio por
habernos recibido para hacerle una entrevista.
Gracias a vosotras. Quiero agradecer a
todo el alumnado, desde este periódico escolar, el respeto y la
consideración que siempre me habéis demostrado.
Un saludo afectuoso a todos vosotros.
Don Eladio ama tanto su profesión,
que aun así, a un día de su jubilación, no pierde las ganas de dar
clase.Terminó esta entrevista diciendo: “por cierto, yo tengo
ahora clase con 2ºB.”
Hasta siempre, don Eladio. Para
nosotras, serás siempre un forjador de hombres y mujeres.
Paola Arroyo Ruiz, Inés Marín
Montes y Cristina Sánchez Guerrero 2ºA
-->
Eladio,
buen amigo:
Este
escrito no es una despedida, sino un hasta luego.
Atrás
quedaron los paisajes de Játar, con música de acordeón y alguna
película de cine casero.
Atrás
quedaron los paisajes de Loja , con su su Alcazaba y su monte
Hacho.
Atrás
quedaron las tierras ferrosas de Alquife.
Atrás
quedaron las playas de Castel de Ferro.
Atrás
quedaron pueblos y aldeas donde, andando o a la grupa de un caballo,
cubrías largas distancias para cumplir con tu trabajo.
Y
llegaste a la villa de Alzawiya, donde te acogió un centro escolar
que lleva el nombre del “viejo profesor”.
Atrás
ha quedado el Laurel, punto de encuentro de todos los que aquí
estamos.
En
tus cuarenta años de docencia, has dejado una estela de alumnos que
ya no podrán olvidar tus conocimientos, transmitidos con humildad,
honradez y generosidad.
El
timbre de tu voz serena habrá ayudado a comprender las matemáticas
que a muchos, sólo con nombrarlas, nos asustan.
Un
treinta de marzo, poco antes de las dos de la tarde, pudimos ver en
tu rostro la nostalgia de los años dedicados a la enseñanza. Por
eso creo que estar jubilado no es un retiro, sino un estado mental
donde los sueños se hacen realidad.
Has
entrado en el Club de los Jubilosos, aunque nunca dejarás de ser
docente.
Los
que aquí estamos hemos tenido la suerte de compartir contigo
momentos irrepetibles donde conversaciones deportivas, literarias,
políticas, didácticas y agrícolas se entrecruzaban con risas y
buen humor.
Eladio,
los hijos de la Benemérita recorrimos un peregrinaje en la infancia.
Pueblos y más pueblos se jalonan en nuestra mente. Este preregrinar
lo hemos continuado con nuestra profesión. Y ahora, tu nuevo
peregrinar no lo marca el tiempo del reloj, ni las estaciones del
año, sino tus lecturas, tus charlas con amigos, tu familia, tus
viajes y las hortalizas de tu huerto, de donde se extrae un elixir de
dioses que algunos llaman mosto.
Todo
ello no son actividades al uso, sino el latido de la vida que te
espera y que otros deseamos alcanzar.
Enhorabuena.
Manuel Beltrán