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miércoles, 18 de marzo de 2015

PROPIEDAD INTELECTUAL



Confieso que he pirateado” - LUIS MARTÍNEZ
Confieso que he pirateado. Lo hice para poder ver la primera película de Roy Andersson no estrenada en España y reincidí con la idea de seguir Breaking Bad en versión original. Magical Girl, la película española más excitante del año no estaba disponible. O lo estaba, pero mal. Me compré el DVD de A swedish love story y no esperé a hacerme con el Blue-Ray de la serie completa creada por Vicent Gilligan. Estas compras no limpian mi pecado, pero alivian. “El que se beneficia con un crimen es el culpable” Séneca. España, líder en todo lo que no suponga trabajo, es de nuevo la viva imagen de la contradicción: es a la vez una cueva de piratas y el escenario perfecto para hacer negocios gracias a estos últimos. El 87% del consumo cultural online es ilegal. No hay forma de defender la piratería, pero sigo sin entender por qué no me dejan pagar por lo que ya sí o sí puedo ver.

¡Qué poco hemos cambiado!” - EMILIA LANDALUCE
Los piratas solo son héroes cuando se les arropa con una bandera. El pasado martes, EL MUNDO, adelantaba que pese a la nueva ley de propiedad intelectual que se aprobó el pasado 1 de enero, el 60% del consumo de contenidos digitales era pirata. Las banderas bajo las que se cobijan los corsarios digitales son muchas. La cultura libre es uno de esos términos que enmascara bajo violines y flores lo que es un asalto a la propiedad intelectual, más etérea que una vivienda, pero igualmente privada, personalísima y cara de registrar. “La ley protege la tierra, protege la casa del proletario sudoroso... Y confisca, en cambio, la obra del poeta pensante”. Balzac defendía que los derechos de autor no solo proporcionarían que los autores pudieran sobrevivir sin el apoyo de protectores o mecenas sino también que hubiese artistas de clases sociales menos pudientes. La propiedad privada es sagrada. El problema radica en que el gratis total es una expiración bien arraigada en el ser humano.

Extracto del periódico EL MUNDO
Luna Hurtado Díaz (4ºA) y Natalia Amador Hortal (4ºC)

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